Hablar de interculturalidad es, sacar a la luz muchos de los conflictos que existen en nuestras sociedades, es aceptar que hay diferentes culturas y a partir de estas también nacen las diferentes manifestaciones culturales propias de cada una y que no todas estas tienen el mismo reconocimiento y poder; este reconocimiento de la diversidad obliga a cuestionar las desigualdades y todo tipo de consecuencias que ellas traen (pobreza, discriminación, racismo, xenofobia, etc.).
El Perú es uno de los países con mayor biodiversidad en el planeta, en varios aspectos poseemos además de esta, una considerable diversidad cultural y lingüística. En la amazonia coexisten alrededor de 65 grupos étnicos pertenecientes a doce familias lingüísticas, conviven también ramificaciones de la familia del aimara con diversas variedades del quechua y un castellano hablado por la mayoría de la población con sus propias variedades regionales. Por otro lado vemos que en nuestro país estos sectores son maltratados y vulnerados por la Lima Centralista e incluso descendientes de los quechuas y aimaras (por mencionar algunos) están empezando a sentir vergüenza por sus orígenes a raíz de la discriminación muy marcada que existe por los llamados “Limeños”.

La interculturalidad parte también del reconocimiento de la diversidad y del respeto a las diferencias, pero es un proceso que busca establecer el diálogo e intercambio equitativo en una sociedad plural, es en este sentido, lo que se busca es la coacción de las diversas culturas y que estas sean tratadas por igual sin importar las diferencias que tengan, ya que estas más que separar a las culturas lo que hace es enriquecer y expandir la gama de tradiciones que se pueden encontrar en un país , e incluso rompiendo fronteras todos nosotros, deberíamos vernos como un solo puño, de manera global, permitiendo intercambiar experiencias culturales que hacen que despertemos nuestros sentidos donde cada persona vale por lo que es, por sus acciones y no por su nacionalidad, color de piel, etc. Nuestra meta es que la interculturalidad debería ser entendida como un proceso permanente de relación, comunicación y aprendizaje entre personas, grupos, conocimientos, valores y tradiciones distintas, orientada a generar, construir y propiciar un respeto mutuo, y a un desarrollo pleno de las capacidades de los individuos.
Los intercambios culturales deben respetar el desarrollo de nuestras culturas nacionales sin menospreciar las ventajas y puntos fuertes de cada uno de nuestros países para que podamos conocernos y asimilarnos mutuamente
(Zhou Enlai)
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